JURÍDICO LATAM
Doctrina
Título:Análisis de un caso en mediación familiar
Autor:López, Ana P.
País:
Argentina
Publicación:Revista de Negociación, Mediación, Conciliación y Métodos RAD - Número 12 - Abril 2018
Fecha:04-04-2018 Cita:IJ-DXXXIII-441
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I. Introducción. Donde se hace la intervención
II. Breve reseña del caso
III. Relevancia. Primera aproximación de la mediadora
IV. Abordaje. Diseño de la intervención
V. Pre-mediación. Primer contacto y recepción
VI. Resultado de la intervención. Valoración

Análisis de un caso en mediación familiar

Ana Paula López
Abogada, Mediadora

I. Introducción. Donde se hace la intervención [arriba] 

La mediación que describiré en el presente trabajo es derivada de un Juzgado de Familia, por iniciativa del órgano jurisdiccional, con acuerdo de los participantes.

Las sesiones de mediación se desarrollan en el estudio de la mediadora, que cuenta con una sala acondicionada para resultar cómoda, con un gran ventanal por el que entra luz natural. Además esta decorada con plantas, adornos y demás mobiliario que la asemeja a un cuarto de estar.

Cuenta con dependencias anexas, para ser utilizadas en caso de necesitar efectuar reuniones o intervenciones por separado, ya sea con las partes o con los letrados.

Todas las gestiones relacionadas con la Mediación: agenda, establecimiento o modificación de audiencias, facturación de la retribución, etc. son realizadas en forma personal por la mediadora. A su vez, se pone a disposición de las partes un teléfono celular donde contactarla en caso de necesidad.

Se trata en forma recurrente de diferenciarse del órgano judicial ordinario en la mayoría de los aspectos posibles.

II. Breve reseña del caso [arriba] 

Los datos están basados en las notas tomadas y en algunos momentos , se modifican los mismos para evitar evidenciar pormenores del caso real.

La requirente se llama Sofía.

Tiene 40 años y concurre con su abogada. Narra que vienen a la etapa con un fracaso previo de la instancia ordinaria ante la Consejera de Familia.

Se encuentra separada de su pareja Guillermo, que hace dos años transformó su identidad sexual. Ahora es Paula. Este extremo está reflejado en su DNI.

Tienen dos hijos en común, de 10 y 12 años de edad.

Paula no ve a sus hijos desde el momento de su separación. Según Sofía porque no están “preparados”.

Revela que le llevó mucho tiempo el asumir su identidad, que realizó terapia.

Que se travistió durante diez años y que Sofía no lo sabía.

III. Relevancia. Primera aproximación de la mediadora [arriba] 

En lo personal, el caso resulta bastante difícil de abordar, entre otros aspectos, el cambio de identidad de la requerida debe ser tratado con sumo cuidado. La experiencia me indica que estas personas son muy sensibles en cuanto a la forma de dirigirse a ellos, en el más mínimo detalle. 

Convengamos que en la mesa de mediación y en un caso tan complejo como el que presentamos, es muy probable cualquier desliz en este sentido, lo que no sería nada fructífero para el mismo. 

Deberá tenerse en cuenta en este sentido el modo en el que llega el requerimiento a la mediadora, pues si es por sorteo de la Justicia, llegaría con los datos que declare el actor-requirente. En el caso, el requerido sería Guillermo y no Paula. 

Los datos serán volcados de las partidas de matrimonio y nacimiento que poseen.

Por otra parte, tratándose de un caso de Mediación Prejudicial deberían evaluarse las posiciones jurídicas ab initio, más allá de la mayor o menor preponderancia que se les dé dentro del ámbito de la mediación.

La requirente plantea el caso como de alimentos y, como secundario, un pedido de compensación económica de acuerdo al nuevo Código Civil y Comercial.

La requerida no plantea petición de régimen de contacto (visitas).

IV. Abordaje. Diseño de la intervención [arriba] 

Sería interesante indagar sobre si hay una petición formal de divorcio. Si el tiempo de separación es de dos años, esto podría indicar un dato a tener en cuenta.

Como adelanté, la intervención es sui generis tomando para ello mi experiencia como abogada de 20 años, mediadora e intentando una práctica en mediación familiar que me es totalmente nueva.

Creo conveniente construir un espacio cooperativo, invitando a participar a ambas partes y sus letrados.

Dado como está planteado el caso, desestimo la participación de los menores de edad.

V. Pre-mediación. Primer contacto y recepción [arriba] 

Prefiero recibirlos en una audiencia conjunta, en lo posible, sin tener mayores conocimientos del tema.

La oficina de mediación tiene las características ya enumeradas y para el momento de la audiencia se encuentra vacía, solo está la mediadora, se han desconectado el teléfono fijo y cuando comienza la audiencia se silencia el teléfono móvil de manera visible. 

Los participantes tienen que sentir que el tiempo del profesional mediador es 100% para ellos, para su tema. 

Trato de legitimarlos, empoderarlos –tanto a ellos como a sus letrados- y procedo para ello con el discurso inicial.

En el mismo, tomo el tiempo necesario para explicar la forma de trabajo, refiero las características de la mediación, hablo de la confidencialidad, la imparcialidad y, como dije "ut supra", diferenciarla de la etapa dentro del ámbito judicial que ya cursaran sin éxito.

Les pido una breve reseña de la etapa ya cursada, ello me brinda elementos que me ayudan a contar con herramientas para la intervención, pues hablan del pasado, de cómo se sintieron y ello aporta material (aunque más no sea en el sentido negativo de “que no hacer”).

 A lo largo del proceso, de cómo comenzaron las partes surgieron las posiciones de cada una.

Luego continúe con preguntas abiertas, orientadas hacia las ventajas que podría tener para la familia la mejora en la comunicación y la toma de decisiones conjuntas, remarcando en todo momento el concepto de familia.

VI. Resultado de la intervención. Valoración [arriba] 

Seis meses después de la última audiencia de mediación, me contacté telefónicamente para evaluar la situación.

Ambas partes hicieron una lectura similar, la comunicación y la relación no eran ideales pero había mejorado notablemente. Manifestaron que el proceso les había resultado muy útil y se mostraron agradecidos y satisfechos.

Si bien el pronóstico inicial era francamente pesimista, se ofreció algo diferente a la etapa judicial abierta con anterioridad.

Con esto se revaloriza el sentido del proceso de mediación, como una alternativa posible, que no es costosa ni dificultosa, no implica riesgos y en ocasiones, como ésta, da resultado. 

Para los intervinientes en el proceso, un resultado dificil de cuantificar, pues entre los valores en juego estaba el bienestar de sus hijos.