JURÍDICO LATAM
Doctrina
Título:Los ANH (Animales No Humanos) y el coronavirus
Autor:Velasco, Laura Cecilia
País:
Argentina
Publicación:Revista Iberoamericana de Derecho Ambiental y Recursos Naturales - Número 40 - Agosto 2021
Fecha:11-08-2021 Cita:IJ-I-DVI-421
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Los ANH (Animales No Humanos) y el coronavirus

Diferentes Perspectivas

Por Dra. Laura Cecilia Velasco*

“A menudo, un planteamiento adecuado representa más de la mitad del camino hacia la solución del problema.”
Werner Heisenberg

Primeramente, voy a mencionar qué se entiende por Derecho Animal, para aquellos que aún no saben muy bien de que se trata, es una rama transversal, bastante nueva, abarca varias materias o ramas del derecho, por eso decimos que es transversal, que da como un corte, abarca materias de derecho civil, penal, contravencional y hasta ambiental con el cual está muy vinculado, entre otras.

Hay teorías que pretenden considerar al derecho animal como una subrama del derecho ambiental, lo que, a mi modo de ver, no me parece acertado; hay otras teorías que establecen que ambos son excluyentes. El derecho ambiental si bien nos vincula a todos, es una especie de “primo hermano” del derecho animal, tiene una rica normatividad y es indubitable como ciencia y rama jurídica, tiene un enfoque, digamos que un tanto antropocentrista, una visión desde el ser humano, en cambio el derecho animal es el conjunto de derechos positivos y jurisprudenciales, en el cual el objeto del derecho es la naturaleza legal, social, biológica, física y psíquica de los ANH (Animales No Humanos). Es un derecho por y para los ANH, nosotros nos corremos de lado, acá la prioridad son “ellos”. Por eso para algunas personas es tan difícil de comprender porque estamos ante otro paradigma, otra manera de ver, otro prisma.

Y hablando de paradigma, en este nuevo paradigma de pandemia o post pandemia, o nuevas pandemias (esperemos que no), podemos preguntarnos sobre nuestra relación con las demás especies, si ha sido respetuosa de su dignidad o no, estamos compartiendo el planeta con otras especies, ya no somos el centro de todo, a partir de la Declaración de Conciencia de Cambridge (2012) donde un grupo de reconocidos científicos establecieron mediante un estudio comparativo, que todos los ANH poseen conciencia y sintiencia (la capacidad de experimentar estímulos positivos o negativos, de sentir placer, displacer, miedo, dolor, temor, etc.)

La pandemia ha paralizado a la mayoría del mundo humano, muchos países están en cuarentena o aislamiento social, o distanciamiento social, o diferentes protocolos, muchos han fallecido, otros enfermaron, las economías están en recesión, la pandemia fue un producto de la acción humana. Hay enfermedades que son zoonóticas, infecciosas, que son propias de los animales, sin embargo, muchas de esas enfermedades surgen debido a la manera en que los humanos tratamos a los animales.

Los mercados de perecederos (donde se venden animales vivos, producto del tráfico ilegal) en China son un ejemplo de ello. Esos mercados son el origen probable no sólo del COVID-19 sino también del síndrome respiratorio agudo grave (SRAG), de la gripe aviar, de la gripe porcina, que hacen proclive a engendrar enfermedades zoonóticas. Los animales vivos son alojados en condiciones de hacinamiento hasta que son sacrificados en el mercado para quienes los compran, son un foco de infección, la sangre, los fluidos, partes del cuerpo seccionadas, excremento, que caen de unas jaulas a otras. Una vez que se facilita el contagio o transmisión hacia humanos se produce una epidemia, que fue lo que sucedió con este virus. Lo que debemos recapacitar es que el maltrato de los humanos hacia los ANH, no es un problema únicamente chino, sino del humano.

La violencia hacia otras especies ha determinado estragos en nuestra propia especie. La violencia interespecies (entre especies distintas) ha originado violencia intraespecie (dentro de la misma especie)

La deforestación, la destrucción de los hábitats naturales, la enorme población humana, la enorme población de ganado, ecosistemas alterados, un combo que puede convertirse en la venganza de la naturaleza contra la humanidad.

Las personas somos el vínculo común de todas las zoonosis, somos perturbadores del planeta.

No es culpa de los murciélagos, mosquitos, ratones o lo que sea sino de lo que hacemos con el ecosistema en el que viven y cómo los juntamos y manipulamos a todos en un nuevo ambiente artificial, esta es la verdadera receta del CORONAVIRUS, algo que nos cuesta la vida y una recesión global, o sea que mutilar los ecosistemas tiene un precio elevado que pagar.

La invasión del hombre en el mundo natural acelera este proceso.

Por otro lado, la OMS (Organización Mundial de la Salud) estableció que los gatos y perros no transmiten COVID-19 sino que somos los humanos quienes pueden contagiarlos.

Con respecto a este tema, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hay cerca de 800.000 animales de compañía, uno de cada dos hogares tiene al menos un animal no humano, mientras 200.000 perros y gatos viven con una sola persona (según la encuesta anual de hogares de 2018 de CABA) Por eso se creó desde la Secretaría de Ambiente porteño una iniciativa para cuidar o trasladar a los animales de personas internadas o contagiadas por el virus, es un programa de voluntariado para personas que viven solas y no cuentan con un familiar cercano, vecino o amigo. Lo ideal sería que lo cuidara un familiar, amigo o vecino, pero cuando no hay nadie disponible, se puede solicitar un voluntario que se encargue de su cuidado, el pedido de guarda temporal lo puede realizar tanto la persona que vive sola, como un familiar directo o vecino del paciente que ya fue aislado por ser COVID-19 positivo. Además, se puede pedir el traslado del animal hasta la casa de un familiar o amigo de la persona enferma, escribiendo a : mascotasdelaciudad@buenosaires.gob.ar

Otro tema importante es el incremento de casos de violencia de género e intrafamiliar durante la cuarentena, hubo más de 10.000 llamadas a la línea 144 (entre el 20 de marzo al 20 de abril del año pasado), hay un promedio de 345 consultas por día, 73% se refiere a situaciones de violencia física y psicológica. El Ministerio Público Fiscal de CABA constató 551 denuncias desde el aislamiento del 20 de marzo, el MPF-CABA posee una Fiscalía especializada en violencia de género y doméstica.

Esto implica también que la violencia contra animales se correlaciona con violencia intrafamiliar, seguramente el victimario maltrata no solamente a humanos sino también a los animales que conviven en esa familia. Muchas veces las amenazas de violencia hacia un animal doméstico, se utiliza como medio de control por parte de una pareja abusiva. El violento, toma al gato o perro como trofeo para que una persona siga de rehén, la persona violentada por miedo a represalias contra el animal y para que éste no quede solo con el violento, cede y continúa en ese círculo de violencia. Opino que las medidas cautelares y los lugares o refugios para mujeres maltratadas o víctimas de violencia, deberían considerar a los ANH, como familiares e incluirlos en el sistema de protección, dado que también son víctimas.

Considero necesario en una próxima reforma de la Constitución Nacional, se incluya en su art. 41 una parte o párrafo, donde considere a los animales como sujetos no humanos de derecho, a los fines de que se respete su vida, integridad física y psíquica y su dignidad. Conforme lo han establecido el Tratado de Lisboa (2009) en su art. 13, Tratado de funcionamiento de la Unión Europea, que introduce en los Estados-Parte la obligación de poner en marcha políticas públicas en defensa de los animales como seres sintientes. La Declaración de Conciencia de Cambridge ya mencionada (2012) que asegura que los ANH tienen conciencia; la Declaración de Curitiba (Brasil, 2015) manifiesta que los animales no son cosas; la Declaración de Toulón (Francia, muy reciente del 29 de marzo de 2019) que es la Declaración de los Juristas, expresa que los animales deber ser universalmente considerados como personas y no cosas u objetos, y por ello se requiere una nueva perspectiva legal con respecto a los ANH, cambiando o adaptando las leyes hacia este nuevo paradigma. En el derecho comparado tenemos Constituciones que consideran a los animales como sujetos de derecho, como la de España, Austria, Alemania, Suiza, y otras. Las Constituciones de Bolivia y Ecuador reconocen a la naturaleza o a la “Madre Tierra” o “Pachamama” como sujeto de derecho.

La elefanta “Mara” estuvo 52 años “presa” en el ex Zoo porteño actual Ecoparque porteño, hasta ser trasladada, hace poco tiempo a un Santuario en Brasil, y finalmente falleció. Nosotros nos quejamos por 78 u 80 días de aislamiento preventivo, diferentes DNU, y otros protocolos, ¿no? Los Zoológicos, la tracción a sangre animal, los acuarios, criaderos de perros (prohibidos por la Ordenanza 41831/87 en CABA; y Ley N° 6194/2019 que modifica el Código Contravencional de la Ciudad, prohibición y venta de animales vivos), circos con animales (prohibidos en CABA por la Ordenanza 1446/04), todos actos violatorios de la Ley penal Contra Maltrato y Crueldad al Animal N° 14.346/54, son formas violentas de relacionarse. El término ESPECISMO, es considerar a otras especies con un criterio de inferioridad y la violencia especista es servirse de ellos, utilizarlos, es una violencia ejercida por seres humanos hacia otras especies y que por generaciones se ha naturalizado, es una distorsión de la realidad y configura vínculos con otras especies de manera violenta. No hay fundamento ético ni jurídico que avale tal nexo de vinculación.

El paradigma especista predominante en nuestra sociedad es la causa de que exista explotación animal por lo tanto debemos replantearnos nuestra vinculación con las demás especies y con nuestro planeta.

Hay una hipótesis que se llama “Hipótesis Gaia”, del año 1969, creada por James Lovelock, y que considera a la Tierra como un organismo vivo, capaz de autorregularse, y como tal toma decisiones para su supervivencia, cuando un subsistema (la teoría de los sistemas establece que es un conjunto ordenado de elementos que tiende al equilibrio) es atacado o está en desequilibrio, afecta a todo el planeta, como precisamente un organismo vivo, es lo que sucedió en esta pandemia, el humano desequilibrado afectó tanto a los animales, los explotó, los usó tanto, degradó tanto al ambiente, que se afectó a todo el planeta y a nosotros mismos, por eso debemos replantear nuestro lugar en el mundo y nuestra vinculación con el resto de las especies que cohabitamos este planeta, de esto depende que exista un futuro.

Para terminar, dejo una pregunta delicada en lo que a nosotros atañe: ¿somos necesarios para la supervivencia del planeta o, por el contrario, somos un problema?

 

 

* Dra. Laura Cecilia Velasco, abogada UBA, máster en criminología, Directora del Instituto de Derecho Animal del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal (Pionero en el país y en América Latina desde el año 2009) Referente y doctrinaria en Derecho Animal, conferencista y escritora. Premiada nacional e internacionalmente por su labor en defensa de los animales. Vegana desde hace 38 años.