JURÍDICO LATAM
Doctrina
Título:Animales, Víctimas de la Experimentación. ¿Sujetos de Derecho?
Autor:Torrico Pose, Jazmín
País:
Argentina
Publicación:Revista Rueda - Edición Nº 7
Fecha:15-05-2020 Cita:IJ-CMXVII-994
Índice Relacionados
I. De la ética del derecho a la realidad
II. ¿Por qué animales para la experimentación?
III. Situación actual
IV. Conclusión
Notas

Animales, Víctimas de la Experimentación. ¿Sujetos de Derecho?



Por: Jazmín Torrico Pose 

I. De la ética del derecho a la realidad [arriba] 

Seria difícil, casi imposible quizás, establecer el momento en que el ser humano comenzó a tener a los animales a su servicio. Y si en un comienzo la relación entre animales y seres humanos fue algo cercano a la convivencia, poco a poco 
evolucionó en una relación de dominación de humanos sobre animales (entendidos estos como animales no humanos, para una terminología mas precisa). 1 Diariamente muchos animales son sacrificados para satisfacer deseos humanos (más que necesidades) y otros cuantos son utilizados en experimentos de laboratorio, que pueden o no traer resultados favorables para la especie humana. 

Son conocidos y bastante nombrados por los defensores de la experimentación animal las investigaciones realizadas por el doctor William Harvey en el siglo XVII en animales puestos a su disposición por el rey, que le permitieron elaborar  su teoría de la circulación sanguínea; los experimentos hechos por el doctor Frederick Grant Banting que lo llevaron a descubrir, en 1920, cómo aislar la insulina de páncreas de perros; y el primer trasplante de corazón entre dos perros, hecho por Vladimir Demikhov en 1946. Éstos son sólo algunos de los experimentos que demuestran que, incuestionablemente, la experimentación animal puede traer consecuencias beneficiosas para el ser humano. 

Debemos tener en claro que este tipo de prácticas no siempre trae beneficios. Y no fue sino hasta hace poco que la experimentación animal comenzó a ser regulada por leyes, y antes de que esto ocurriera, los científicos eran libres de someter a los animales a cualquier tipo de práctica con el supuesto “fin” de realizar un aporte al conocimiento. 

Hoy en día, el problema no está resuelto. Si bien hubo avances en el trato a los animales objeto de investigación a través de la experimentación científica, aún sufren y mueren, todos los días, miles de ellos en manos de los científicos, por razones que están lejos de ser justificables. Muchos de los experimentos a los que son sometidos estos animales son repetitivos, y solo se realizan para postulaciones a becas o publicaciones de trabajos que solo buscan notoriedad. 

Por estas razones, los resultados de la experimentación con animales es un hecho frente al que no debemos permanecer indiferentes. Es preciso establecer hasta qué punto estamos dispuestos a aceptar que se utilicen animales para experimentar con ellos. 

II. ¿Por qué animales para la experimentación? [arriba] 

a. Ser humano/animal

Entonces ¿cuál es el origen de esta relación entre seres humanos y animales? ¿qué factores condicionaron el desarrollo de esta dicotomía entre ser humano y animal? Pocos humanos se oponen al uso de otros animales para fines favorables al animal humano, y la mayoría se opone al uso de humanos para los mismos fines. Esta situación demuestra que, si bien la mayoría de los humanos se saben animales, se consideran distintos de ellos.

Si me preguntara en qué radica la distinción, me respondería fácilmente, pues hay diferencias entre humanos y animales no humanos; algunas más evidentes que otras. Sin embargo, hay una mas que condiciona las relaciones de las que tratamos, y es que el ser humano goza de racionalidad.

Sin profundizar en el tema, podría casi afirmar que el ser humano tiene indiscutiblemente un poder superior al de los otros animales, que consiste en transformar y dominar la naturaleza, y esto condiciona sus relaciones con esta.

b. ¿”Necesidad” de usar animales?

Lo que se pondrá en análisis, y se intentará responder brevemente, es cuáles son los fundamentos técnicos de la experimentación, es decir, cuáles son los motivos por los que el ser humano experimenta con animales.

La práctica de investigaciones científicas en animales desempeña desde hace mucho tiempo, un papel fundamental en las áreas prioritarias de investigación, como la salud. Gracias a ella se hicieron muchos descubrimientos de importancia radical en fisiología, anatomía, diagnóstico y tratamiento de todo tipo de patologías, y el uso de animales en estas áreas no está completamente injustificado. De hecho, la investigación con animales contribuyó al desarrollo de vacunas, de métodos de diagnóstico y de trasplantes, al refinamiento de métodos clínicos, y al desarrollo de fármacos, entre otros. 

Si estableciera cuales son las razones que hacen del animal un buen sujeto de investigación, podría decir que la más importante, es que la fisiología de los mamíferos es muy similar a la de los humanos. Si bien es cierto que algunas veces los productos aprobados en animales son letales para seres humanos, o aquellos que producen muerte en animales son completamente efectivos en seres humanos, la práctica científica con animales sigue siendo el método más fiable para aprobar fármacos o procedimientos. 

Son indiscutibles las ventajas que trae experimentar con los animales, pero esto no significa que el ser humano deba utilizarlos indiscriminadamente en investigaciones, causándoles dolor y agonía sin poder asegurar que se obtendrán resultados concretos. Tampoco es cuestión de abandonar completamente las prácticas en animales pues esto podría traer consecuencias fatales para seres humanos. Esta disyuntiva debe ser analizada desde el punto de vista ético. Para esto, se analizarán los postulados filosóficos que se han referido a la condición animal a lo largo del tiempo. 

Ética de la utilización de animales para experimentación. 

Desde los orígenes de la filosofía en Grecia se marcaron las diferencias entre humanos y animales, basándose en las características que diferencian al ser humano de los otros animales. 

Aristóteles, por ejemplo, se refirió a los animales en muchos de sus escritos: “Existen, en efecto, en la mayoría de los animales, huellas de estados psicológicos que en los hombres ofrecen diferencias más notables. Así, docilidad o ferocidad, dulzura o aspereza, coraje o cobardía, temor u osadía, apasionamiento o malicia, y en el plano intelectual una cierta sagacidad, son semejanzas que se dan entre muchos animales y la especie humana y que recuerdan las analogías orgánicas de las que hemos hablado a propósito de las partes del cuerpo.”2 

René Descartes, se refirió al animal comparándolo con máquinas desprovistas de razón, que se diferencian enormemente del humano por la calidad de este de “sujeto pensante”. Y esta característica, base para la distinción entre el ser humano y el animal, radica en el hecho de que, mientras que el hombre posee un alma que habita en el cuerpo y lo habilita para el lenguaje, el animal es una suerte de carcasa vacía, por lo que actúa mecánicamente.3 

Kant expone argumentos similares a los de Descartes, pues plantea que el ser humano se distingue del animal por su capacidad racional. Todos los postulados referidos al mundo animal en los escritos kantianos derivan de su ética, que es una ética deontológica (en oposición a la teleológica) porque se opone al principio de que una acción se debe juzgar por las consecuencias que tiene. medio”4. Aquí destaca la importancia del carácter de fin del ser humano, que deriva de la posesión de voluntad autónoma y que lo diferencia del resto de los animales. 

Se puede ver que desde los orígenes de la filosofía, han abundado las visiones que pretenden cierta superioridad del hombre respecto del animal. Aristóteles, Descartes y Kant han argumentado esto de manera similar, basándose en la inteligencia, la capacidad de raciocinio del ser humano, que le otorga un valor absoluto y la cualidad de agente moral. 

Siguiendo la línea de razonamiento antes expuesta, la utilización de animales en experimentación es aceptable. 

Hasta aquí ha quedado claro que esta línea de pensamiento, que se basa en los postulados de muchos filósofos sobre la superioridad humana y la reciprocidad de las acciones morales, ha estado muy arraigada en las sociedades occidentales, debido probablemente a la influencia que la filosofía griega. 

Las críticas a la experimentación en animales han radicado en la capacidad que estos tienen para sentir. Sin embargo, ningún filósofo hizo hincapié en esto sino hasta que Hume, en el siglo XVIII fundara lo que hoy se conoce como emotivismo moral. Hume postula que todo lo que conocemos nace del contacto entre nuestros sentidos y la realidad, y que tendemos a establecer relaciones de causalidad entre cosas o sucesos que ocurren a nuestro alrededor, pero estas son solo creaciones de nuestra mente5. En las palabras del propio Hume, la moralidad “es objeto del sentimiento, no de la razón”. 

Este emotivismo moral influenció enormemente a otros filósofos, especialmente en Jeremy Bentham, quien trajo nuevamente la ética utilitarista, formulada por Sócrates por primera vez. Bentham propuso una ética teleológica, juzgaba la moralidad de las acciones midiendo las consecuencias de las mismas. 

La teoría utilitarista tuvo grandes repercusiones en la ética relacionada con animales. De hecho, fue el fundamento de lo escrito por Peter Singer en su obra más importante, Liberación Animal, allí, Singer da a conocer muchas de las atrocidades cometidas en contra de los animales y demuestra, basándose en lo señalado por Bentham sobre la capacidad de sufrimiento como la característica que otorga a todos los seres derecho a igual consideración, por qué estos deben ser considerados en el principio de igualdad. En él, expone lo que significa el especismo, lo que definió como “prejuicio o actitud parcial favorable a los intereses de los miembros de nuestra propia especie y en contra de los de otras”. 

Todo lo que Singer plantea se basa en el hecho de que los animales pueden sufrir. Pero ¿podemos estar realmente seguros de que es así? Basta con analizar la conducta de animales sometidos a estímulos que en los humanos causan dolor. 

Singer concluye que rechazar el especismo no implica que matar a un animal sea igual de condenable que matar a un ser humano en pleno ejercicio de sus facultades. 6

Este postulado constituye la base para muchos movimientos de liberación animal, y tiene importantes repercusiones en la ética del uso de animales en experimentación. 

III. Situación actual [arriba] 

Desde el surgimiento del emotivismo moral con Hume, en el Siglo XVIII la situación ha ido poco a poco cambiando. De hecho, hoy en día son pocos los filósofos que consideran que experimentar con animales no constituye un tema moral. La mayoría está consciente de que los animales tienen capacidad de sufrir, por lo que deben ser considerados en las cuestiones éticas. 

Los animales sujetos de derecho. 

Peter Singer, plantea que la vida humana es, en general, más valiosa que la del animal, pero esto no significa que el sufrimiento animal sea preferible al humano. Esta idea llevó a la ética a hablar de derechos animales. 

Es erróneo creer que al no tener deberes no se pueden adquirir derechos, que surge de la creencia popular de que un derecho implica una obligación correlativa. A causa de ella, filósofos como Kant, sostuvieron que los animales, al no ser racionales, no son agentes morales. Y al no ser agentes morales, no tienen derechos para con los seres humanos, por lo que los seres humanos no tienen derechos para con ellos. 

Un deber prima facie, para Ross7, es un deber que, a primera vista, sabemos que tenemos. Si se asume la existencia de estos deberes, es válido hablar de que los animales tienen derechos prima facie, que se corresponden con estos deberes que nosotros tenemos para con ellos. 

Considerar que los animales tienen derechos significó un gran avance en las relaciones entre animales y humanos. 

En 1978, en París, se proclamó la Declaración Universal de los Derechos de los Animales. 

En ella quedan implícitas ciertas normas que debe cumplir el científico que experimenta con animales. Estas normas son un reflejo de lo regulada que se encuentra hoy la actividad científica llevada a cabo en animales. 

Por supuesto, estos principios solo son una guía teórica de cuándo es justificable realizar un experimento. En la práctica, sin embargo, determinar la moralidad de estas prácticas no es simple, y con frecuencia se realizan experimentos cuyos beneficios son nulos. 

La legislación sobre la experimentación con animales no humanos aun tiene muchas lagunas, ya que de no ser así muchos experimentos enormemente crueles y con conclusiones nulas jamás serían llevados a cabo. De lo que no cabe duda es que, desde los inicios de la investigación animal hasta ahora, hubieron enormes avances en el trato de los animales de experimentación, gracias al inicio de la consideración de los intereses de estos en los asunto éticos. 

IV. Conclusión [arriba] 

A lo largo de la historia, el ser humano encontró cada vez más aplicaciones a la utilización de animales. La regulación de la experimentación animal comenzó solo hace un par de siglos, por lo que durante milenios los animales fueron explotados y llevados a la muerte para realizar experimentos que en muchos casos fueron infructuosos. 

Muchos filósofos se pronunciaron sobre los aspectos éticos de la utilización de los animales en investigación científica, pero no fue sino hasta hace unos siglos en que se hizo hincapié en la capacidad de sentir que tienen los animales.

De este modo y para concluir, debemos cuestionarnos si realmente todas las investigaciones científicas llevadas a cabo en animales producen beneficios concretos para la especie humana; si es posible eliminar la explotación de animales de laboratorio sin eliminar el especismo en si mismo, y tal como Peter Singer lo expuso en sus obras, pensar que sentirán los hijos de nuestros hijos al leer lo que se hacía en los laboratorios en el siglo XX, y si eso producirá el mismo horror e incredulidad que sentimos hoy nosotros al leer las atrocidades de los gladiadores en los circos romanos o del comercio de esclavos en el siglo XVIII.8 

 

 

 

Notas [arriba] 

1 https://www.animal-ethics.org/es/
2 ARISTÓTELES, Historia de los Animales, Libro VIII. Madrid, España. Editoriales Akalsa, 1990, pp. 409-474. 
3 DESCARTES, René. Discurso del Método [en línea]. Buenos Aires, Argentina. Manuel García Morente.

4 KANT, Immanuel. Capítulo segundo: Tránsito de la filosofía moral popular a la metafísica de las costumbres. En su: Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Madrid, Ediciones Encuentro S.A., 2003, pp. 37-88.
5 MESTRE Chust, José Vicente. El Emotivismo Moral y el Diálogo Racional, A parte rei, revista de filosofía 29, Septiembre 2003
6 SINGER, Peter. Capítulo I: Todos los animales son iguales...o por qué el principio que fundamenta la igualdad entre los humanos exige que también extendamos la igualdad a los animales. En su: Liberación Animal, 2a ed., Madrid, Editorial Trotta S.A, 1999, pp 37-59.
7 Conferencias Gifford, William D. Ross, 1935-1936, Universidad de Aberdeen, Escocia.
8 SINGER, Peter. Capítulo I: El espejismo hoy... defensas, racionalizaciones y objeciones a la liberación animal y los progresos logrados para superarlas. En su: Liberación Animal, 2da ed. Madrid, Editorial Trotta S.A, 1999, pp. 261-299



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