Contrataciones digitales
Natalia Tanno
Si hablamos de contrataciones digitales es común imaginar que nos estamos refiriendo a la digitalización de las compras públicas, pasar del trámite en papel a un trámite electrónico, pero lo cierto es que este concepto encierra mucho más que eso, se trata de una verdadera transformación en la forma de contratar.
Las contrataciones digitales son producto del impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), del desarrollo de lo que conocemos como Gobierno Electrónico[1], de esta revolución digital que estamos atravesando y que, tal como viene investigando Juan Corvalán[2], lo está cambiando todo.
Son también conocidas como e-GP (e-government procurement) y lo que las caracteriza es la introducción de la tecnología en las compras públicas.
Lo revolucionario en esta nueva forma de adquirir bienes, servicios o contratar obra, es el desarrollo de plataformas virtuales específicas e integradas, que dan curso a la totalidad del procedimiento de contratación, y lo hacen, en gran parte, de manera predictiva.
Los gobiernos de todo el mundo están avanzando en la implementación de un Sistema Electrónico de Contrataciones, y para ello han debido vencer obstáculos comunes como ser la falta de infraestructura tecnológica suficiente o la resistencia al cambio[3].
Pero superadas estas barreras, en la práctica se ha verificado que garantiza la transparencia, ya que cualquier persona, de manera remota, desde donde sea y en cualquier momento, puede conocer el estado de las contrataciones; reduce el margen de error, ya que si bien el funcionario/empleado público impulsa el trámite, generalmente lo hace a través de un “clic”, e incluso las etapas se cierran y se abren de manera predictiva; optimiza los procedimientos de compras, al hacerlos más eficaces y eficientes, destacando la reducción de tiempo como una de las ventajas más fuertes del sistema, lo que se adapta perfectamente a las necesidades de esta sociedad 2.0 que sobretodo exige respuestas cada vez más inmediatas; garantiza asimismo mayor concurrencia, porque hay mayor difusión, se establece un sistema de notificación o alerta temprana, que asegura que todos los proveedores tomen conocimiento inmediato cada vez que se inicia un procedimiento de compra de algún bien o servicio contemplado en el rubro en el que están inscriptos.
Con las contrataciones electrónicas aparecen conceptos novedosos como el de “sobre electrónico”, porque los interesados en participar de una contratación pública ya no deben concurrir a las oficinas de las reparticiones contratantes, sino que “suben” su propuesta digital en la plataforma virtual.
Y se comienza a hablar de principios nuevos como el “principio de personalización del usuario”, porque el sistema funciona con la interacción de usuarios que representan a los empleados/funcionarios públicos y a los proveedores, los que se conectan a través de lo que se conoce como “ventanilla única”[4].
Del grado de desarrollo del sistema dependerán las clases, tipos y modalidades de contrataciones que contemple, así permitirá tramitar Licitaciones, públicas o privadas, Contrataciones Directas, en los diferentes supuestos de procedencia, compras menores, licitaciones públicas o privadas, de etapa única o múltiple, con orden de compra abierta, diferida, unificada, con precio máximo, adquisición de bienes, contratación de servicios, obra pública. Y también dependerá del grado de desarrollo la cantidad de etapas que contemple el portal.
Algunos sistemas de contrataciones contemplan lo que se conoce como contratos macro, que se utilizan para adquirir bienes o servicios de uso habitual. Generalmente, el órgano rector realiza el trámite licitatorio, cuyo resultado es la suscripción de un acuerdo marco, que contempla varios proveedores, adjudicatarios de diversos bienes o servicios, y que tienen determinado tiempo de duración. Y ante la necesidad de alguno de esos bienes o servicios, las diferentes unidades operativas de adquisiciones los compran directamente, a ese precio adjudicado y según el stock disponible, sin necesidad de realizar un trámite licitatorio propio.
Un ejemplo a nivel mundial es el KONEPS, Sistema Electrónico de Contrataciones de Corea del Sur (www.pps.go.kr), y en nuestro país el sistema nacional COMP.AR (www.comprar.gob.ar) y el BAC (www.buenosairescompras.gob.ar) que es el sistema implementado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires[5]
Al principio dije que las contrataciones digitales vienen a revolucionar la forma de realizar contrataciones públicas, nada de lo que sucedía antes sucede ahora, se despapelizó y se despersonalizó, ahora el proveedor dialoga con una pantalla, forma parte en un procedimiento licitatorio sin moverse de su oficina o de su casa, participa de un acto de apertura desde su teléfono celular, y al funcionario y empleado público les basta con hacer un par de “clics” para impulsar el trámite, en conclusión pretendo mostrar que la forma de celebrar contratos administrativos no se digitalizó ni se modernizó, es otra.
Notas
[1] Véase la “Carta iberoamericana de gobierno electrónico”, aprobada por la IX Conferencia Iberoamericana de Ministros de Administración Pública y Reforma del Estado, Pucón, Chile, 31 de mayo y 1 de junio de 2007, adoptada por la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, Santiago de Chile, 10 de noviembre 2007. Para conocer las as tendencias en el desarrollo de gobiernos electrónicos en los países de todo el mundo véase la Encuesta de Gobierno Electrónico 2016 de la ONU sobre “Gobierno electrónico en apoyo al desarrollo sostenible”, United Nations, E-Government Survey 2016, New York, 2016, publicadministration.un.org.
[2] Véase, Corvalán, Juan Gustavo, “Un nuevo enfoque de Administración Pública Digital e Inteligente”, DPI Cuántico, Diario Administrativo Nro 166 – 29.08.2017
[3] Es aquella predisposición natural de los seres humanos a querer mantenernos dentro de la seguridad que brinda lo que ya conocemos. Véase Cuadrado I Salido, David, “Las cinco etapas del cambio”, Capital Humano, N° 241, página 54, marzo 2010.
[4] Que será la plataforma virtual o página web. Véase Corvalán, Juan G., “Hacia una Administración Pública Digital”, Publicación Erreius, página 621, agosto 2017.
[5] Ampliar con Corvalán, Juan G., “Hacia una Administración Pública Digital”, Publicación Erreius, página 621, agosto 2017.
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