JURÍDICO LATAM
Doctrina
Título:Impacto del COVID-19 en el escenario del Derecho
Autor:Di Pietro, María Cristina
País:
Argentina
Publicación:Los desafíos del Derecho frente a la Pandemia COVID-19 - Derecho Procesal - Teoría del Conflicto y Métodos de Solución
Fecha:30-04-2020 Cita:IJ-CMXVI-934
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Impacto del COVID-19 en el escenario del Derecho

María Cristina Di Pietro*

Entre la incertidumbre y la complejidad que nos plantea un virus que puede elegirnos sin que hayamos decidido participar en el juego de repartos, ¿en qué lugar se ubica el Derecho como ciencia y praxis? Cuál es su rol en esta litis? ¿Está presente en este escenario de incógnitas y sorpresas?

Puede que haya quedado rezagado ante el estupor…

Nada tan oportuno como parafrasear a Lederach a quien volvimos a escuchar por estos días de costumbres de interconexiones tecnológicas: “Si Ud. viene a aportar soluciones vuelva por donde vino… aporte estructuras que permitan internalizar cambios; el camino se abrirá con tiempos de paciencia…”[1]

La Teoría del Conflicto mapea diferendos (individuales, grupales, colectivos, globales) como estrategia de estudio, análisis, prognosis y toma de decisiones. Previo, requiere de su definición.

Dentro de ese mapa el COVID-19, ¿es actor, objeto u objetivo con y hacia destinatarios al azar? o no tanto… ¿A través de qué dinámica estamos advirtiendo el poder que engendra? Este primer planteo del tema-problema, puede analizarse conforme diferentes hipótesis de partida.

Trataremos aquí de no revelar ninguna; para que cada lector ejercite la suya a través del esquema de análisis que proponemos (estática, dinámica y final). Es más, para llegar a un resultado de aproximación a lo que sucede y sucederá, el sesgo puede desviar el acierto. Porque quizá el momento de mejor definición de un tema, aparezca cuando se termina el diseño de su geografía. Eslabonando probablemente otras hipótesis.

Para conocer de manera puntual un diferendo, generalmente nos preguntamos quiénes participan y están incluidos –visibles o no– en un determinado tema, problema, conflicto[2]. ¿Son actores principales, involucrados o tertius gaudens? Con qué objetivos participan, cuáles son los objetos que dicen querer y cuáles los verdaderos que subyacen.

Como la aviesa cámara de un corresponsal disparamos flashes que nos permitan obtener cientos de imágenes de la escena de un conflicto; ellas paradójicamente nos aportan realidades planas, información estática. Es que así llamamos a la primera etapa en la que nos detenemos a conocer a los sujetos-actores -involucrados (quieran o no) en la escena de análisis. Las fotografías nos permiten localizar personas interactuando y los objetos por los que contraponen o se reúnen en alianzas; los que aparecen a simple vista y los que se esconden detrás de escenas también fotográficamente complejas.

Si esas imágenes se trasladan luego a videos, el movimiento lento o vertiginoso de las acciones de esos sujetos con objetivos ciertos y aparentes, permite observar además el dinamismo conflictual. Es decir la intensidad del cruce de interrelaciones medidas conforme el grado de impacto que las mismas logran producir en los otros (adversarios o adherentes) y la presencia de aquellos cuyo objetivo es divide et impera. La dimensión, segunda fase de la etapa dinámica, posibilita completar la vorágine si seguimos el direccionamiento que adquieren las conductas de los involucrados (incluidos los terceros neutrales o gaudens): contra las personas opositoras/hacia las personas adherentes o hacia la obtención de metas.

A simple vista puede creerse que en la tercera y última etapa (llamada de modos y métodos para resolverlos) se pergeñan probables soluciones. En realidad se trazan estrategias de impacto exitoso; probables cursos de acción según decisiones encadenadas hacia distintos objetivos. Los que, si logran reunirse, culminan en la meta trazada con gran paciencia y genio por cada actor partícipe definido en la estática.

El corazón de este mapeo es la medición de poder; su cálculo: cantidad de recursos que cada actor tiene o cree tener, para lograr su meta: para llegar concatenados a sus objetivos iniciales, medios y finales[3].

En el mapa del COVID-19, ¿qué poder tiene cada ser humano para evitarlo? ¿Quiénes tienen más recursos? ¿De qué recursos disponen y para qué? Quizá, todos los que tenga un actor (persona o grupo) dejará de tenerlos otro. Aunque en nuestra teoría si bien por el principio de cohesión a la hora de actuar se elige un bando, también existen más actores con recursos indisponibles para los demás –minorías poderosas–, con capacidad de elegir el costado de ganancia asegurada (divide ut regnes)

Son recursos de poder no sólo el armamento o la tecnología, sino por ejemplo, la sorpresa, el acorralamiento, la persuasión, la amenaza, el miedo, la propaganda, el dominio comunicacional, la distribución de elementos básicos, etc. y su variada combinación, en conjunción con el contexto, factores sociales y la moral. Cualquier cálculo proveniente de las ciencias exactas cede ante la incertidumbre o mero grado de probabilidad a que los somete la conducta humana, que oscila entre la libertad y la moral; lo individual y lo social; motivaciones y resultados; sentimiento y principios.

Con esta sintética estructura podemos animarnos a armar el mapa mundial de impacto del virus, pero también podemos advertir la ubicación en el mapa de nuestra propia localidad, de nuestra singularidad para situarnos en el punto más valioso del escenario, para posicionar con eficiencia nuestros intereses y recursos: los que podemos resignar, aquellos de intercambio necesario, los que implican ganancia a corto o a largo plazo, etc.

Avanzando en este campo con mirada puntual, apenas decaída la sorpresa y recobrado el dominio de los recursos disponibles en cada sector (cualquiera sea el foco macro, local o personal), comienzan a aparecer variados planteos jurídicos. Someramente, por ejemplo, nos encontramos discurriendo acerca de si contamos con derecho a reclamos internacionales por el daño cuantioso producido en los países afectados. El mapa de conflicto nos aproxima a responsables o los presenta incógnitos?

En el mapa local, puede parecer más claro acercarse a trazos de responsabilidad interindividual. Por cuanto, producto de la urgencia, de malas praxis, imprevisiones, etc. tenemos variados casos con aristas penales y civiles: no respeto a la cuarentena, responsabilidad del Estado por la acción de sus funcionarios; indebidas restricciones a la libertad; excarcelaciones cuestionables. Y también laborales, pues el intercambio intersubjetivo de derechos parece arrojar identidad de objetivos válidos en ambos bandos, empleador –que está legalmente impedido de poner en marcha la fuente laboral– y empleado –impedido legalmente de dirigirse a la fuente laboral–. Motivo de ello permanecen impagas las cargas, contribuciones, impuestos y demás que son debidas al Estado, además de sueldos reducidos. Y así sucesivamente hasta que el conflicto baje su intensidad desde lo actitudinal, desde la predisposición a su descenso en búsqueda de una salida a menor costo posible; o se eleve produciendo más daños. Depende de los líderes; depende de la estrategia del que mayor poder demuestre…

En suma, la acción del Derecho se encuentra ahora –en general–, en stand by; pero se muestra visible en el escenario conflictivo a la espera de la previa superación de la crisis vital por la afectación a la salud. Aguardando cercano y custodio, en tanto el peligro de acecho al mayor bien jurídico protegido –según la orientación de la normativa argentina–, la vida, arroje diversos resultados disvaliosos que el Derecho está presto a cuantificar, calificar y restaurar. Ya que la multidensionalidad del mundo jurídico[4] permite incluir un mapa que posibilite dimensionar conflictos de variado origen, individualizando los que pueden derivar en jurídicos (También políticos y sociales).

De allí a la etapa final del mapa, al plano jurídico estratégico, queda solo un escalón: vislumbrar el camino a recorrer para construir la cadena de objetivos hacia la meta jurídica deseada; sea requerida para lo local, interregional e internacional o interindividual. Con constancia, coherencia, sin soluciones y con previsiones estratégicas.

Sin embargo, el planteo exclusivamente jurídico interpersonal o intergrupal resultaría un análisis parcial; apenas un recorte de la realidad surgente que no parece ya tener sentido. Porque, entre otros privilegios, somos partícipes de la aparición drástica de otro paradigma: del que emerge claro que, en cada caso particular la comunidad pasó de ser involucrada genérica, a actor principal. Y que detrás de este paradigma emergente ya hay otro que no alcanzamos a ver, pero existe. Como bien lo anticipara Ilya Prigogine, detrás de todo desorden existe un orden al acecho.

Como el Todo surgiendo del hombre; como orden visceral de preservación; el otro antes que el uno formando redes de contención para salvarnos y salvar lo social: responsabilidad comunitaria, derecho del conjunto y del planeta sobre derechos individuales. En fin, comunidad de objetivos sin perjuicio y respetando diferencias, ideologías y creencias. Hombres y mujeres; localidad con localidad construyendo redes que resignifiquen la ética social e individual, cultural. Las nuevas formas jurídicas de la glocalidad.[5] Si queremos evitar caer en el panóptico digital, temido enjambre de Byung- Chul Han[6] o hacer realidad la cuasi fantasía de Orwell –1984–; si queremos podemos participar en el nuevo contrato social en la aldea glocal…

 

 

Notas

* Doctora en Derecho y Cs. Sociales. UNC. Coordinadora de Extensión Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales –CIJS- Facultad de Derecho. UNC. Profesora Adjunta Teoría del Conflicto y de la Decisión. Métodos de Solución de Conflictos. Facultad de Derecho. UNC. Profesora Titular Solución de Conflictos. Facultad de Derecho y Cs. Sociales UCC. Mail: mediario@hotmail.com.

[1] LEDERACH Jonh Paul. Conferencia. YouTube 3-4-2020. Subida la grabación al sitio www.franciscodiez.com.ar.
[2] grados de presentación de diferencias y divergencias según la intensidad y direccionamiento.
[3] Véase ENTELMAN, Remo F. Teoría de Conflicto. Ed. Gedisa, 1° Ed., 2002.
[4] Véase MARTÍNEZ PAZ, Fernando. El mundo jurídico multidimensional, Advocatus. 2° Ed. Córdoba, 1998.
[5] Se atribuye a Ulrich Beck la creación del término que fue difundido por ROBERTSON, Roland. Glocalización: tiempo-espacio y homogeneidad-heterogeneidad. Ed. Trotta. Madrid. 2003. Según BOAVENTURA DE SOUZA, Santos -Hacia un nuevo sentido común (1995)-, se trata de "localismos-globalizados” y de “globalismos-localizados” (pensar globalmente y actuar localmente). El planeta focalizado en lo local, según LEDERACH, J.P, conferencia cit. supra.
[6] HAN, Byung- Chul. En el Enjambre. Ed. Herder. 1ª. Edición. 2014.